Cueva del Dragón

La Cueva del Dragón, que sirvió de residencia y templo para los glagolíticos de Poljica, que la eligieron para pasar allí su vida monástica, conciliando simultáneamente dos tradiciones distintas – la cristiana y la pagana. Incluso hoy, este lugar alberga los mitos eslavos sobre hombres lobo, hadas, brujas y «moras», así como sobre Orkomarin, un dragón gigante con un solo ojo que vive en la cueva. Es precisamente esta combinación de diferentes creencias y supersticiones la que está representada en el relieve que dio nombre a la cueva. También conocida como «Dragonjina špilja», fascina con su misticismo, carácter recóndito y belleza. Para todos aquellos ávidos de aventura y conocimiento, la visita a la Cueva del Dragón es todo un acierto. Para esta expedición en los meses de verano conviene madrugar lo más posible. Para llegar a la Cueva del Dragón, el monasterio ermitaño de Brač a 350 metros sobre el nivel del mar, lo mejor es comenzar la escalada por la mañana

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